12/10/15

Ferrer y Guardia y la Escuela Moderna / Ferran Aisa

FERRER I GUÀRDIA Y LA ESCUELA MODERNA

FERRAN AISA

 

(Francisco Ferrer y Guardia)



Francisco Ferrer y Guardia nació en Alella (Barcelona) el año 1859 en el seno de una familia de campesinos aposentados, católicos y monárquicos. Recibió una educación tradicional, pero en su juventud se rebeló contra el orden establecido y pasó a militar a las filas del republicanismo, haciéndose masón y librepensador. Trabajo de diversos oficios hasta que entró de revisor en la Compañía Ferroviaria Barcelona-Portbou. En los años ochenta del siglo XIX participó en las revueltas republicanas encabezadas por el general Villacampa y el político Ruiz Zorrilla. El fracaso del intento republicano le llevó a su primer exilio a Francia, donde hizo de profesor en el Lycée Condorcet de París y, a la vez, publicó el método de estudio L’Espagnol Practique.
Su paso por Francia es fundamental para el desarrollo de su pensamiento pedagógico que se nutre de las lecturas de Rousseau, Pestalozzi, Bakunin, Robin, Reclus… Ferrer conoció personalmente al geógrafo francés con el que se carteó tratando temas como la enseñanza de la geografía. Estando en París se separó de su mujer Teresa, con la que había tenido tres hijas, Sol, Trini y Paz. Ferrer entonces mantendrá relaciones con la joven maestra Leopoldine Bonnard con la que tendrá un hijo, Riego. También establece amistad con una de sus alumnas, Ernestine Meunié, que en su prematura muerte dejará su herencia a Ferrer para que funde una escuela.
Ferrer, de vuelta a Barcelona, pondrá en práctica el modelo de la Escuela Moderna. Esta escuela recogía las experiencias libertarias sobre la educación, así como el pensamiento de autores como Fourier y Owen, sin olvidarse de la instrucción integral propuesta por la Primera Internacional, el espíritu de las escuelas laicas y la idea pacifista de la escuela Yasnaia Poliana de Tolstoi. El proyecto de Ferrer encontrará promotores dispuestos a financiarlo en los medios librepensadores y libertarios, entre ellos, Cristóbal de Litrán, Odón de Buen, Josep Salas Antón, Anselmo Lorenzo, Cels Gomis, Ignasi Clarià, Leopold Bonafulla, Josep Prat, Jaume Brossa, José Nakens y Eudald Canibell.
La Escuela Moderna fue inaugurada el 8 de octubre de 1901 en la calle Bailén, 70, de Barcelona, entre los colaboradores de Ferrer encontramos a Josep Casasola, Albà Rosell, el Dr. Andrés Martínez Vargas, Mateu Morral, Marià Batllori, Soledad Villafranca, Clementina Jacquinet y Leopoldine Bonnard.
Ferrer y Guardia presenta el programa de la nueva escuela: <<La misión de la Escuela Moderna consiste en hacer que los niños y las niñas que se le confíen lleguen a ser personas instruidas, verídicas, justas y libres de todo prejuicio. Para ello sustituirá el estudio dogmático por el razonado de las ciencias naturales. Excitará, desarrollará y dirigirá las aptitudes propias de cada alumno, a fin que con la totalidad del propio valer individual, no sólo sea un miembro útil a la sociedad, sino que, como consecuencia, eleve proporcionalmente el valor de la colectividad. Enseñará los verdaderos deberes sociales, de conformidad con la justa máxima: No hay deberes sin derehos; no hay derechos sin deberes.>>
El proyecto innovador de la Escuela Moderna se fundamentaba en los diez puntos siguientes: 1) Coeducación de sexos. 2) Coeducación de clases sociales. 3) Higiene, tanto de la escuela como del alumno. 4) Contacto habitual con la naturaleza. 5) Educación a través del juego. 6) Practica de trabajos manuales. 7) Laicismo, antiautoritarismo y antimilitarismo. 8) Estudio de las ciencias, la astronomía, la filosofía y la historia. 9) Responsabilidad compartida de alumnos, tutores y maestros. 10) Ni premios, ni castigos.
La Escuela Moderna disponía de un Boletín donde escribías alumnos, maestros i pedagogos. Ferrer también creó una Editorial para publicar cartillas escolares adecuadas a la filosofía de la Escuela Moderna, así como libros de divulgación destinados a todo el público y, sobre todo, a los asistentes de las conferencias dominicales, que se celebraban a las 12 del mediodía para hacer la competencia a la Iglesia.
Las Publicaciones de la Escuela Moderna editan los libros de texto que serán aprovechados para la enseñanza racional de los ateneos obreros y centros racionalistas. Entre las cuidadas ediciones de la Escuela Moderna figuren libros como los 6 volúmenes de El hombre y la tierra de Eliseo Reclus; Origen del cristianismo de Malvert; Aventuras de Nono y Recapitulaciones de pensamientos contra la guerra de Jean Grave; Impresiones y pensamientos de niños ausentes de Carlos Malato; Botequín Escolar del Dr. Martínez Vargas; Sembrando flores de Federico Urales; Edades de la tierra de Odón de Buen; La Gran Revolución de Piotr Kropotkin; En el café de Enrico Malatesta; Creación y Evolución de Herber Spencer; La evolución de los mundos de Nerval; Las ciencias naturales y las ciencias históricas de Renan; etc.
La Escuela Moderna que había nacido con anhelos de libertad y con la pretensión de implantarla desde la infancia, chocó irremediablemente con el status quo vigente y con el poder de la Iglesia que no veía con buenos ojos que la escuela de Ferrer empezase a extenderse fuera de su primitiva aula y se creasen nuevas escuelas tanto en Cataluña como en otras ciudades españolas. Por tanto no es extraño que a la primera de cambio, dígase bomba de Morral contra el rey el día de su boda en Madrid, acabase con la primera detención de Ferrer y el cierre definitiva de la escuela en 1906.
Un año más tarde Ferrer, desde la cárcel Modelo de Madrid, escribía: <<La Escuela Moderna pretende combatir cuantos prejuicios dificulten la emancipación total del individuo, y para ello adopta el racionalismo humanitario, que consiste en inculcar a la infancia el afán de conocer el origen de todas las injusticias sociales para que, con su reconocimiento, pueda luego combatirlas y oponerse a ellas. La enseñanza racionalista y científica de la Escuela Moderna ha de abarcar, como se ve, el estudio de cuanto sea favorable a la libertad del individuo y a la armonía de la colectividad mediante un régimen de paz, amor y bienestar para todos sin distinción de clases ni de sexo.>> Ferrer y Guardia pagaría con su vida la osadía de haber creado una Escuela que contraria a los pilares que sostiene el estado burgués y capitalista. Ferrer, después de los hechos de la Semana Trágica de julio de 1909, fue detenido y convertido en el cabeza de turco del movimiento antimilitar y anticlerical. Juzgado severamente por un tribunal militar será condenado a muerte y ejecutado el 13 de octubre de 1909 en uno de los fosos del Castillo de Montjuïc. Pero su obra pedagógica quedó en pie y en el corazón de los libertarios que, a pesar de los pesares, crearon nueva escuelas tanto en España como en muchos lugares del mundo. Una cancioncilla anónima en catalán de los años treinta recogía el espíritu de Ferrer: <<A la torre de Montjuïc / hi ha una bandera negra / amb unes lletres que diuen: / Visca l’Escola Moderna!>>
 

Ferran Aisa.Pàmpols (Publicado en Dinamita cerebral (Calúmnia Edicions, Mallorca, 2015)

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